Fuimos dos noches y dos días y medio a Villa Lía, pueblo de San Antonio de Areco.
Nos alojamos en una cabaña perteneciente a un campo llamado La Aguada, en donde hay tres cabañas más, un lago, nido de nutrias, caballos, ovejas y una llama.
El lugar apenas llegué me pareció increíble. Villa Lía no tanto, es un pueblo que está resurgiendo de sus propias cenizas aún, pero tiene un espíritu a la vez viejo y de energías renovadas y jóvenes que entusiasma. Es un lugar muy grato de conocer, sin embargo.
El primer día nos dedicamos a recorrer y a conocer el lugar. A ubicarnos. Nunca sabemos bien por donde arrancar. Compramos para comer y anduvimos muchísimo en bici (las cuales nos prestaban, sin necesidad de alquilar). En teoría, nos relajamos. Las cuatro lo necesitábamos.
El segundo día fue más activo acorde al trabajo. Nuestros paseos fue para ir en búsqueda de evidencia y personas, actores sociales, representaciones del lugar.
Ahí fuimos dando poco a poco, naturalmente, con los acontecimientos.
Primero fuimos con el carnicero, quien nos contó un poco de la historia y de la gente.
Por él fue que descubrimos que se estaba desarrollando un Remate a dos cuadras de ahí.
Nos dirigimos inmediatamente porque nos pareció interesantísimo. Grabamos y nos fuimos.
Descansamos.
Luego dimos con los dueños de La Aguada,que muy amablemente se prestaron a dar testimonio y a ayudarnos un poco más. A poner en palabras aquello que sucede,por qué es que sucede y qué es lo que está haciendo que Villa Lía se metamorfosee, poco a poco, en un lugar turístico.
Estamos trabajando en el video, hay mucho material y estamos tratando de buscarle una vuelta de tuerca interesante, porque nos gustaría contar todo lo que conocimos.
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